LA POLÍTICA DE “TAPARLE EL OJO AL MACHO”
Luego de diez años de una política de seguridad pública carente de inteligencia, se insiste con seguir haciendo lo mismo.
Desde que Antonio Gali Fayad inició su mandato como gobernador los poblanos hemos vistos más de una ocasión pasar sobre nuestras cabezas un aparatoso helicóptero blanco que según el gobernador fue otorgado a la secretaría de seguridad pública (SSP) para velar por la seguridad de todos nosotros los poblanos.
La primera vez que lo vi eran alrededor de las ocho de la noche, y caminaba de regreso a casa por las solitarias y mal iluminadas calles de mi colonia, siempre pensé que me sentiría más seguro si de vez en cuando al pasar por ahí encontraría una patrulla cuando más, pero ¿Qué es lo que estaba viendo? Nada más y nada menos que un helicóptero con un enorme reflector que podía verse desde muy lejos, mi primer pensamiento fue, ¡pero que enorme estupidez es esta! ¿Es acaso que ese individuo a más de 30 metros de altura colgado de su arnés con un arma de alto poder podrá hacer algo por mí en caso de encontrarme en peligro?, ¿acaso los ola de feminicidios que han asolado Puebla desde el anterior mandato de Rafael Moreno Valle han ocurrido en las azoteas? ¿El asalto a los camiones, el asalto a transeúntes, la venta de mercancías ilegales como armas y drogas que se dan en la ciudad, la prostitución, son cosas que ocurren en las azoteas? Desde luego que no, no solo no ocurren en las azoteas sino que ocurren en lugares donde la SSP sabe, sin embargo ¿para qué implementar una política de seguridad pública con inteligencia? si al puro estilo Morenovallista son mejores las políticas ostentosas extravagantes que todo el mundo pueda ver que todos puedan admirar, aunque realmente no contribuyen con nada bueno a nuestra ciudad, pues ¿acaso hay mejor evidencia de que el gobernador hace algo por la seguridad pública que poner a un helicóptero para sobrevolar la ciudad día y noche?
Nunca se han transparentado los gastos de esta vigilancia pero no debe ser nada barato mantenerla, entre el salario de los policías que participan en la acción, combustible y refacciones del helicóptero así como el mantenimiento de las instalaciones necesarias para su funcionamiento, seguramente se gasta una considerable cantidad, pero ¿Cuál es el beneficio que nos ha dejado a nosotros los que pagamos por esa política idiota? ¿Cuál es el impacto real en la disminución de los delitos en la ciudad? ¿Cuál la contribución real de la operación a la política de seguridad pública? Bueno no es necesario hablar de cifras aquí cuando todos hemos visto que nuestra ciudad se parece cada vez más al resto de nuestro país, donde las balaceras, los muertos los robos e incluso los feminicidios son el pan de cada día, quisiera tener esperanza en que los poblanos no terminemos asimilando estas barbaridades como parte de nuestra vida cotidiana pero no parece que las cosas vayan a cambiar, con nuestro flamante helicóptero custodiando los cielos y las azoteas parece que estamos en una ciudad sitiada pero el sitio del que en realidad somos víctimas es de bandas delictivas, chupaductos, extorsionadores, traficantes de blancas, traficantes de drogas y demás enemigos públicos a los que nuestras autoridades aparentemente enfrentan con acciones de escasa inteligencia aplicando la fuerza sin atender las causas de nuestra realidad, las causas del delito y las desigualdades sociales que los provocan, el robo de combustible inició con la falta de oportunidades, lo mismo el robo en los camiones, a casa habitación y demás, porque todo se reduce a ello, incluso la conducta aberrante de matar a una mujer por el simple hecho de ser mujer refleja la desigualdad de nuestra sociedad en donde las mujeres son desechables pero también lo son los jóvenes, los adultos y los niños porque no hacemos falta a los intereses de los poderosos, a quienes les basta con aparentar que Puebla es una ciudad de primer mundo segura limpia e igualitaria, lo cierto es que no todos tenemos la oportunidad de contribuir a nuestra sociedad, por ello hay quienes deciden arriesgar su vida y libertad y la de los demás pues no tiene nada que perder
Recientemente se anunció la llegada de 2500 militares a la zona del triángulo rojo como medida contra el robo de combustible, sin embargo esto no es otra cosa más que la invasión de comunidades por el ejército federal, parece que el gobierno federal no aprendió nada del Calderonismo, periodo en el que se dieron muchas invasiones federales sobre todo en los Estados del norte sin que ello surtiera algún efecto positivo y al igual que en aquella época los militares que llegaron a Palmarito están ahí para a acosar a la sociedad civil, y ahora el heredero de Moreno Valle, Antonio Gali replica la misma lógica en su política de seguridad que no servirá de nada, resultará muy costosa y que se verá muy bien en los informes anuales del gobernador.
LA POLÍTICA DE “TAPARLE EL OJO AL MACHO”
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