Esto es vivir en el infierno

Por: Arely González Rodríguez

Estás con una persona en una relación de noviazgo y pensar que no hay alguien mejor que él, que no serías la misma si él no estuviera contigo, depender cien por ciento de lo que te diga, eso amigos, fue lo que viví en mi relación.

Les contaré desde el principio, la etapa que llamaré Del Cielo a la Tierra. Lo conocí en una fiesta, había llegado yo con mis amigas y allí estaba él, lavando los trastes, limpiando el cochinero que tenía en su departamento, quizás quería dar una buena impresión, o era el día para el aseo. No hubo una conexión al momento, fue con el transcurrir de las horas y al llegar la noche cuando ya estábamos ebrios, comenzamos una charla, parecía típicamente normal a las otras conversaciones que había tenido ya con distintas personas, pero pasaron los días y comenzamos a hablar más a menudo, sentí que él hacía despertar algo en mí, algo que hacía que necesitara de él, de sus chistes burdos, de sus comentarios soeces, de sus estupideces que tanto me hacían reír, y sentir bien. Comenzaron las citas, me sorprendía día a día con detalles, con poemas y con canciones que publicaba en mi red social; creí estar enamorada de él, creí, creí y creí. Al pasar de los meses nos hicimos novios, y la conexión que teníamos se fortaleció. No sólo eran sus chistes burdos, de sus comentarios soeces, sus estupideces que tanto me hacían reír, y sentir bien, sino que ahora me había enamorado más de su forma de besar, y su manera de hacer el amor. La suma de todo esto despertó el interés de él para que viviéramos juntos, y yo sin tapujos, acepté. Dejé mi casa, haciendo caso omiso a todo lo que decían mis padres y a alguno que otro amigo que trataba de convencerme que ésa relación fracasaría, porque iba muy acelerada, sin frenos y en bajada, ignoré a la razón y me apegué al entusiasmo, fue cuando pasé a la segunda fase, De la tierra al purgatorio. Me convenció de dejar mi casa y vivir juntos.

Al paso del tiempo fue cambiando, ya no era detallista, se enojaba por todo, yo siempre tenía la culpa y pedía perdón, al menos eso me hacía creer. Me engaño un sinfín de veces y yo de tonta- enamorada seguía y lo perdonaba; hasta que un día llegó borracho, comenzó a gritar, golpear, por primera vez me  pegó en la cara y abuso de mí.

Y así comenzó mi infierno, todos los días eran lo mismo, levantarme temprano, hacer el desayuno, bañarnos juntos (aprovechaba para tocarme), tener relaciones antes de salir de casa (Tenia que gritar de “PLACER” aunque lo único que sentía era asco), ir a la universidad (no poder decir nada porque me amenazaba), regresar a casa para hacer de comer, salíamos a hacer actividades (las cuales no me dejaba hacer sola y  se involucraba) por ultimo dormir y tener que abrazarlo siempre, esa era la condición para estar en la misma cama o pasaría la noche en el suelo.

Al tenerme amenazada no podía salir con mis amigos a ningún lado sin su permiso y si no contestaba el teléfono rápido, me localizaba por aplicaciones de internet; el celular lo debería tener sin contraseña y tenía que presentarle a todos mis amigos y los cuales él elegía a quien podría seguir hablando.

¿Por qué nadie sospecho nada? Por qué en la calle, con amigos o cualquier persona se portaba como un novio amoroso, comprensivo y romántico.

Vivir eso todos los putos días, el daño psicológico, físico que me provocaba eran inmensos, me sentía la persona más miserable en la tierra y el no poder decir nada porque dependía económicamente de él (mi comida, la universidad, la ropa y todo).

Este es el infierno que vivo, nadie sabrá quién soy y nadie lo sabrá porque ahora estoy enterrada a 3 metros bajo tierra a kilómetros de cualquier pueblo, donde nadie me encontrará.

En el estado de Puebla con cifras del 2016 muestra 81 feminicidos y en el transcurso de este año suman ya 27,  la mayoría de estos casos las asesinaron sus parejas sentimentales; cada día la violencia se da en todos los entornos casa, escuela, en el trabajo, etc.; las mujeres ya no pueden caminar tranquilas en la calle o en la comodidad de su casa.

La cultura que se ha inculcado por el respeto a todas las personas en casi nula, no podemos seguir así.

La lucha y justicia para las mujeres está en marcha para obtener una igualdad en un mundo lleno de machismo.