Random Posts

Bienvenidos sean a la “CIUDAD DE DIOS”


Por: Anuar Ángel Hernández Ruíz

Un paseo por las ciudades coloniales de México resulta ser una experiencia increíble, son lugares donde converge cultura, arte, gastronomía, música y arquitectura del siglo XVI, XVII, XVIII e inicios del siglo XIX, que conviven en un ambiente más contemporáneo con museos, mercados, construcciones modernas, restaurantes, boutiques, pequeñas plazas comerciales, tiendas de artesanías, productos locales, barrios de artistas, bares, etc., puedes realizar mil actividades y nunca aburrirte, pero a pesar de la algarabía de las fotografías y de los sabores exóticos, nunca se han detenido por un segundo a preguntarse ¿por qué tenemos ciudades tan hermosas?, la respuesta es impactante, nuestras ciudades son hermosas porque son “Ciudades de Dios”.

Si, como lo acaban de leer, muchos de los mexicanos vivimos en ciudades de Dios y ni siquiera lo sabemos, las metrópolis más importantes de la Nueva España, México, Oaxaca, Puebla, Guadalajara, Mérida, Guanajuato, Morelia, Zacatecas, San Miguel de Allende y Tuxtla Gutiérrez son ciudades de Dios, pero ¿qué es una “Ciudad de Dios”?, ¿cómo es que nos despertamos todos los días en estas ciudades y nunca escuchamos a alguien llamarlas de esta manera?.

Ciudad de Dios es una connotación del medievo hecha por San Agustín de Hipona en una obra compuesta por 22 libros con el mismo título, una utopía (termino todavía no existente) en la cual se vive bajo la doctrina cristiana en un plano celestial ya que nosotros vivimos en las “ciudades terrenas”, con esta apología los españoles vieron en el nuevo continente la oportunidad de construir ciudades para la llegada de Jesucristo y el resultado fue la edificación de catedrales, trazo de zócalos, erigiendo hermosas construcciones en cantera rosa, verde, blanco y gris, colmando iglesias con Oro y plata.

En sus orígenes estas ciudades no eran incluyentes, los indígenas construían  con sudor y sangre los adoquines y los arcos, alzaban cúpulas sobre las capillas y aun así no tenían el derecho de entrar a la eucaristía, que por si fuera poco se recitaban en latín.

Segregados crearon barrios de indígenas como es el caso de Analco en la “Ciudad de los Ángeles” y después de la independencia el crecimiento poblacional de los siglos venideros XIX y XX la tendencia fue la misma, ahora con trabajadores, indios y personas de bajos recursos, los barrios crecieron y surgieron muchos otros, La Trinidad de las Huertas, El Polvo, La Noria, Jalatlaco, etc. en la “Verde Antequera” y estoy seguro que sucedió el mismo fenómeno en Mérida, Veracruz incluso en ciudades que no eran ciudades de Dios. 

Estas ciudades estaban pensadas para la venida de “nuestro salvador”, según la tradición judeo-cristiana, pero esto no significo una integración real de todas las personas, al parecer los únicos que podían ser salvados eran los criollos, españoles, peninsulares y algunos mestizos, nadie pensaba en los indígenas excepto San Bartolomé de las Casas que evangelizó a las comunidades de la sierra Chiapaneca y en general a todo el Estado.

Ahora que conocemos el pasado de nuestros centros históricos, podemos observar que solo quedaron con esta denominación, algunos claro, Patrimonio Cultural de la Humanidad; título otorgado por la UNESCO, incluso heroicas gracias a su memoria histórica, pero como ya lo había mencionado, únicamente tienen estos títulos, las ciudades modernas se tragaron a las metrópolis del imperio Español.

 Puebla, CDMX y Guadalajara se convirtieron en las ciudades más grandes del país junto con Monterrey y Cd Juárez (ciudades “normales”); nuestra capital como uno de los centros urbanos más poblados del mundo es muestra clara que ya no entramos en el proyecto original, donde se pensó que aquí podría vivir Dios si regresara a la tierra.
Me doy cuenta de cómo el patrimonio Cultural de este Estado y del país en general; antiguas casas, museos, muros, etc., están siendo destruidos para traer “modernidad” y lo digo así porque es una modernidad de dientes para fuera. Mientras construyen sus grandes puentes y edificios sin sentido la gente sigue viviendo en la precariedad.

No soy religioso pero creo que a Dios no le gustaría regresar a una Ciudad donde existen tantas desigualdades y aquellos que pueden hacer un cambio permanecen 
Bienvenidos sean a la “CIUDAD DE DIOS” Bienvenidos sean a la “CIUDAD DE DIOS” Reviewed by El Visionario MX on Rating: 5

No hay comentarios.

Recent Posts

Featured