El Enfoque de la Seguridad Ciudadana

Por: Alejandro Saavedra Jiménez
En los años noventa en América Latina, se dieron importantes mejoras en materia derechos humanos cuando estos fueron integrados a la agenda pública, situación que favoreció el surgimiento del enfoque de la Seguridad Ciudadana.
Este enfoque permite transitar de una visión reductora de la seguridad, subordinada exclusivamente a las respuestas policiales y penales por parte de los órganos del Estado, hacia una visión más amplia e integral basada en las necesidades de las personas (Tudela, 2005).
La seguridad ciudadana es una responsabilidad compartida del Estado que se caracteriza por garantizar la seguridad de las personas interviniendo sobre diversos factores que originan la violencia y la delincuencia.
Este enfoque gira en torno a tres ejes fundamentales:
Prevención
El concepto de prevención tiene un carácter proactivo, en virtud de que trata de anticiparse a los hechos, a diferencia del carácter reactivo que actúa una vez que ya han sucedido los hechos.
La prevención por tanto se refiere a una serie de medidas que ayudan a reducir las motivaciones de la violencia y la delincuencia. Es un intento por desalentar los factores de riesgo que producen la inseguridad, involucrando de forma activa a la ciudadanía en la atención y resolución de los mismos.
Participación Ciudadana
Por otra parte, la fuerza del Estado no puede tener éxito en materia de prevención y combate de la inseguridad si no cuenta con el respaldo y participación activa de la ciudadanía, tanto organizada como no organizada. Últimamente las instituciones de seguridad pública orientan sus acciones hacia esta corresponsabilidad que debe existir entre sociedad y autoridades.
En este sentido, es importante mencionar que el ciudadano en sus diversas esferas de organización, debe conocer las formas en que puede participar y colaborar para mejorar su propia seguridad y la del medio ambiente que le rodea.
Coordinación Interinstitucional
El logro de un ambiente de seguridad no sólo es posible a través de las acciones unilaterales por parte de las instituciones de seguridad pública, sino más bien se requiere de una intervención que involucre a diversos actores que, de acuerdo a sus ámbitos de actividad y capacidad, puedan atender los factores de riesgo asociados a la violencia y delincuencia de una forma integral; es decir, a través del apoyo y colaboración entre instituciones públicas, privadas, sociales y con el apoyo de otros sectores de la sociedad, se puede realizar el intercambio de información y suma de esfuerzos y recursos con la intención de controlar cada factor de riesgo, para evitar su materialización y consecuente daño.
Por ejemplo, si en una colonia por las noches suceden constantes robos y se reconoce que es debido a la falta de presencia policial y falta de alumbrado público (ya que los delincuentes utilizan estas condiciones de ausencia de la autoridad, así como falta de luz, para sorprender a sus víctimas y evitar ser identificados), bajo el enfoque de la seguridad pública, la intervención exclusiva de la policía no bastaría por sí sola para dar solución a este problema. Por el contrario, con la aplicación del enfoque de la Seguridad Ciudadana la diferencia estribaría en que a través de la coordinación entre instituciones y la ciudadanía se facilitaría la suma de acciones para tratar de disminuir los factores de riesgo de una manera complementaria y secuencial hasta provocar su desaparición.
Siguiendo el ejemplo anterior, nótese la diferencia de acciones de acuerdo a cada enfoque de seguridad a aplicarse:
1. Acciones preventivas: La policía con base en datos recabados e incluso proporcionados por los propios vecinos de la zona, puede generar información y explotarla para realizar patrullajes de vigilancia tratando de anticiparse a la comisión de hechos violentos o de delincuencia, al tiempo de proporcionar medidas preventivas a la ciudadanía. En cuanto a aquellas personas que cometieron actos delictivos, posterior al cumplimiento de su pena, se le puede otorgar seguimiento a través de un abanico de programas con otras instituciones, como por ejemplo, el DIF para aspectos de empleo, deporte o tratamientos psicológicos en caso de requerirlos.
2.Acciones de participación ciudadana: Se promueve la proximidad social impulsando juntas vecinales para conocer las necesidades existentes, así como también estimular la participación vecinal con los esfuerzos y recursos disponibles, por lo que los vecinos en este caso pueden constituir comités de seguridad, para labores de vigilancia, así como colocar la mayor cantidad de focos afuera de sus domicilios para aumentar la iluminación pública.
3.- Acciones de coordinación interinstitucional: La policía puede realizar recorridos para verificar en qué calles no existe alumbrado público o se encuentra descompuesto con la finalidad de notificar al Departamento de Alumbrado Público esta situación para que éste a su vez realice acciones de instalación o reparación.
Como puede apreciarse, este último enfoque es de carácter multidimensional, multicausal y multidisciplinario y ofrece mayores esquemas de acción. Bajo esta visión, nosotros mismos como ciudadanos organizados y no organizados, debemos colaborar con nuestro propio cuidado y del medio ambiente en el que nos desenvolvemos, con la intención de sumar esfuerzos en beneficio de todos.
El Enfoque de la Seguridad Ciudadana
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