Moreno Valle no cayó

En pleno día del 24 de Diciembre, una inesperada y casi increíble noticia conmocionó no solo a Puebla, sino a todo el País; había caído (probablemente en llamas) en su viaje rumbo a la Ciudad de México, el helicóptero Agusta AW109 en donde viajaban la actual gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo el senador Moreno Valle.
De manera inmediata y sin siquiera información confirmada, las opiniones de la gente comenzaron a vertirse en redes y en las charlas, algunos se alegrabran, mientras otros, llamaban al respeto y a la cordura ante la tragedia. 

La cena de Noche Buena tenía ya su tema de conversación principal y las teorías de la conspiración sobre qué había sucedido, no se hicieron esperar. Hay desde aquellos que hablaban de que fue un montaje en donde los Moreno Valle fingieron su muerte yéndose a vivir al Caribe ante el temor de las posibles auditorías que no les favorecerían en la absoluto, otros, que expresaban fue un simple accidente provocado por falta de mantenimiento en ese helicóptero, hasta los que lo consideraban fue un magnicidio, responsabilizando desde al ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, a personajes vinculados al huachicol y al narcotráfico, pasando por Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, al Senador del PAN Damian Zepeda (quién en pasados días se expresó fuertemente contra RMV y lo que representaba), hasta personajes poblanos de MORENA, llegando a culpar hasta al actual Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. Lo cierto es que en este momento, sin aún concluidos los procesos de investigación en donde participarán desde las autoridades mexicanas hasta canadienses y estadounidenses, (todo para aportar a la mayor certeza en los resultados finales) es arriesgado e irresponsable señalar a culpables. AMLO tiene la obligación de presentar estos resultados en tiempo, forma y con suficiente publicidad, para abonar a la estabilidad política del país.

Más allá de la tristeza que embarga a los familiares y seguidores de los Moreno Valle (que ahora buscan exhaltarlos al grado de mártires y otorgarles cualidades que no demostraron en vida), la tragedia política y social regresa a Puebla. 2018 fue un año bastante duro para todos los poblanos que tuvimos que soportar un proceso pre, durante y pos electoral, bastante turbulento, violento y por si fuera poco, plagado de incertidumbre. Meses después, parecía que ante el lamentable fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, acontecido el pasado sábado 8 de diciembre, al menos, Puebla tendría una mayor estabilidad política, sin embargo, lo que se avecina para nuestro amado estado no es menor. Veremos de nuevo la guerra sin tregua, en la cual los poderosos Morenovallistas vs AMLO, se enfrentaran a muerte, para conseguir la ansiada gubernatura.

El futuro de México y la concretización de su cuarta transformación, el sistema de pesos y contrapesos, así como los grupos políticos dominantes para contender en las elecciones presidenciales de 2024, se definirán a partir de lo que suceda en la elección poblana que se llevará a cabo en un periodo que va de los 3 a 5 meses a partir de que se designe (en una primera batalla) al gobernador interino.

Si MORENA Puebla que sufre de falta de disciplina partidista quiere ser competitivo en las próximas elecciones, no debería cometer errores del pasado que han rayado en lo absurdo (empezando por la elección del candidato Barbosa elegido por el mismo López Obrador) debe reconfigurarse, actuar con cordura, de manera sensata y trabajando fuertemente el tema de comunicación política en redes y medios, el cual, es dominado de manera amplísima por los expertos del PAN.

Nadie en su sano juicio podría afirmar que a pesar de que Moreno Valle ya no esté con nosotros, “realmente no lo esté”, hizo escuela política. Una escuela caracterizada por las mega alianzas partidistas prácticas (donde no importan las coincidencias ideológicas), la corrupción, el espionaje, los excesos (un pequeño ejemplo: darse el lujo de viajar en helicóptero a un evento navideño privado) , la mano dura, y la falta de escrúpulos, así que no debería extrañarnos que sus seguidores y el PAN, den una dura batalla para recuperar lo que de manera inesperada y a pesar de los esfuerzos sobrehumanos que habían hecho, perdieron. Seguirán haciendo hasta lo imposible y más allá de ello para mantener su poder en Puebla, eso incluye lucrar con la tragedia y usar el sentimentalismo barato.

Por tanto, la caída del Morenovallismo aún está por verse. La moneda está en el aire.