Divorcio: Tormento para Padres e Hijos

Por: Susana Aguilar Arias "Agassy"

Cuando se llega a un juzgado para realizar el proceso de divorcio, el juez  no dice:  A ver ¡se divorcian y ya!, sino que pronuncia una serie de frases y cuestionamientos: “la familia es la base de la sociedad”, ¿Están seguros de quererse separar?, ¿Están pensando en sus hijos?, etc.  En cierto modo tratan de hacer conciencia en cada uno de los cónyuges sobre la decisión que van a tomar.

Según las cifras de INEGI, hasta 2018 existen 156,556 divorcios en México. El significado literal de divorcio es separar, apartar, disolver. Es muy fácil  escribir esa palabra, pero en muchos casos, tan difícil de aceptar, más cuando hay hijos de por medio, porque la pareja que se divorcia atraviesa necesariamente por un proceso doloroso, se vive un duelo.

Frustración , impotencia, inseguridad, coraje y hasta odio, son los sentimientos que genera  una  ex pareja que utiliza a los hijos y los pone en contra del otro progenitor. Rara es la pareja que puede hablar civilizadamente y llegar a un acuerdo por el bienestar de los hijos y hasta de ellos mismos.  Obviamente hay diversas situaciones por las cuales las parejas se separan, algunas muy simples como el no llegar a entenderse, otras más fuertes como infidelidades, robo, violencia o mentiras (bendito papel que hace que se disuelva esa situación). Lo peor en esos casos es el soportar y  seguir viviendo ese infierno.

Dentro de el mundo de los divorcios, hay un síndrome conocido como SAP (Síndrome de Alineación Parental) el cual,  podemos identificarlo cuando se escuchan frases como las siguientes:

-El nos abandonó-

-Tu mamá es la mala que te dejó-

-Se fue con otra mujer (hombre)-

-No te quiere-

-Nos dejo-

-Te cambió-

-Se olvidó de ti-

En el SAP se pretende desvirtuar, dejar en mal lugar al padre o madre de los pequeños, usando  una trampa sucia que pretende que el divorcio también afecte la relación con los hijos y genere ruptura.

Hay tanta gente que ni siquiera se ocupa de sus hijos y no les interesan, y los que si quieren verlos y atenderlos, se ven afectados por el hecho de que la ex pareja no tiene la capacidad de separar las cosas y  castiga con la ausencia de los hijos poniéndolos en contra . Ese abismo puede ir de unos cuantos meses, hasta años. 

Si bien la familia es la base de la sociedad, ¿Qué sociedad se crea cuando a los hijos se les introduce un rencor y resentimiento que ni siquiera es de ellos, sino del ex cónyuge?.

Es claro que en los casos de divorcio se necesita siempre apoyo y terapia de un profesional por el porvenir y bienestar de los hijos y los padres.

 Los hijos siempre serán el producto de una pareja que se amó en determinado momento. El derecho sobre ellos es de ambos no de un solo padre. Un divorcio nunca debe caer en el –¡Me dejaste!, ahora te friego y te dejo sin hijos-.

Las sociedades, sobre todo latinas, aún no ha entendido que el amar no significa ser dueño de la otra persona. El amor por los hijos es lo mas puro y sólido que un padre o madre tiene y  los hijos, naturalmente aman a ambos padres.

Para los hijos siempre será lo más sano ver a los padres divorciados, felices, plenos, teniendo una sana convivencia y eso incluye tener a los pequeños en su vida.