PRD, o los restos del naufragio

Hizo agua el Frente que nominó a Anaya candidato presidencial.

Para cualquier mente sensata una alianza derecha=izquierda es contra natural, aunque difícilmente podría considerarse izquierda a un grupo tan corrupto como el que se apoderó del PRD hasta hundirlo en lo más profundo de la aceptación social.
Hoy el daño parece irreversible y al parecer alguien tendrá que recoger los restos del naufragio.

Varios momentos fueron importantes en la definición última que selló el destino del partido que gobernó adecuadamente el Distrito Federal y que poco a poco y sistemáticamente fue alejando a sus apoyadores:

1) El Pacto por México logró imponer las reformas más retardatarias, entregándole lo más preciado de la riqueza nacional a una coalición formada por la oligarquía, algunas corporaciones internacionales y personeros de la burocracia política mexicana. El PRD firmó y jugó con el PAN a rechazar algunas reformas mientras veía aprobar todas. El daño económico, social y político es de largo alcance.

2) Acercamiento a fuerzas derechistas con asociaciones sospechosas con intereses obscuros, como es el caso de Chihuahua, dónde al parecer se negoció la gubernatura y es ahí dónde el crimen organizado sigue haciendo de las suyas.

3) Asociación de Anaya con la ultra derecha. El candidato menospreció al PRD y decidió ponerse en manos de los grupos anti aborto y anti diversidad. Posiblemente esta fue la gota que derramó el vaso y las fuerzas perredistas decidieron no aguantar más.

4) Nunca sabremos que más hay detrás de las decisiones políticas que se toman bajo negociaciones obscuras y escondidas, especialmente cuenta el reparto de cuotas para los puestos de representación dónde el PRD sacó la peor parte, esto tiene una explicación: A la hora de rendir cuentas electorales, este partido demostraba que caía estrepitosamente y su capacidad de negociación era muy reducida.

5) El PRD al paso de las décadas no logró superar la identidad tribal y no logró construir una institución política sólida con un modelo de nación. Se desviaron en una lucha por el poder y los recursos que produce, lo que los acercó a la corrupción, el nepotismo

6) la visión oportunista predomina en el PRD y la separación puede buscar tratar de salvar algo, frente a una debacle anunciada, porque al parecer Anaya busca salvar su propio pellejo y no caer a la cárcel.

La salida de AMLO del partido y la rápida consolidación de su nuevo partido envió un fuerte mensaje a las fuerzas de izquierda, sin embargo, los billetes tapaban los oídos de los Chuchos quienes descartaron cualquier acercamiento para consolidar un frente de izquierda que le diera un nuevo rumbo al país. En cambio confiaron con la posibilidad que les daba entrar a una alianza que les asegurara una porción razonable del pastel, aunque despojara al partido de viabilidad; buscaban una ganancia personal, curules para la familia, sin importar valores cívicos y políticos más elevados.

MORENA destruye el futuro del PRD y se configura en la opción más viable para esa izquierda desplazada por la búsqueda corrupta de los Chuchos/PRD. Parece dominar la noción de buscar de lo perdido lo que aparezca, que en política puede ser sinónimo de suicidio, aunque los políticos mexicanos son expertos en camuflagearse y brincar sin decoro de un partido a otro. Si gana MORENA podemos esperar una recomposición del partido dónde tratarán de acomodarse los náufragos.

Hay muchas señales del desastre. Se volteó el bastión más corrupto de los Chuchos, dónde pelearon con denuedo para no soltar la tremenda chuleta. El hijastro de Graco Ramírez declaró que votaría por Morena.

Dos tribus nacionales anunciaron que votarán por AMLO y no dudemos que siga el abandono de Anaya para que los oportunistas reclamen su contribución para el triunfo de López Obrador.

El reto de López Obrador en el terreno político será construir una opción de izquierda dónde las fichas se acomoden para promover a los políticos que se comprometen con la causa y no a los oportunistas que saben columpiarse en la liana para ponerse a salvo.

Urge una reingeniería partidista que cree opciones que limpien el cochinero neoliberal y le den opciones de futuro a la mayoría de la población.